Resiliencia en las organizaciones de la sociedad civil: sostener el cambio

Representación visual de la resiliencia en las organizaciones de la sociedad civil, que muestra íconos financieros, operativos y centrados en la comunidad interconectados sobre un paisaje rural, simbolizando el desarrollo de capacidades, la sostenibilidad y las estrategias de adaptación.

Hoy en día, México y Centroamérica enfrentan un contexto especialmente adverso en el espacio cívico, lo que pone a prueba la resiliencia en las organizaciones de la sociedad civil que trabajan en el ámbito comunitario. Debemos reconocer el valor irremplazable de nuestras organizaciones comunitarias, aquel que sostiene la vida y construye alternativas donde muchas veces el Estado no está presente. 

Maylí Sepúlveda Toledo, consultora externa en COMETA

¿Por qué hablar hoy de resiliencia en las organizaciones de la sociedad civil?

Financiadoras internacionales: riesgo y oportunidad

En los últimos años, hemos observado cómo muchas financiadoras internacionales se han retirado de América Latina por razones políticas, priorizando otras regiones como África. A pesar de los discursos como “Shift the power“, pocas veces estas transformaciones de la cooperación internacional han considerado el papel estratégico que juegan las organizaciones comunitarias en nuestra región.

Este retiro ha significado para muchas organizaciones una pérdida abrupta de recursos esenciales, sin que existan vías claras para reemplazarlos. Una forma de resiliencia en las organizaciones de la sociedad civil es insistir en la necesidad de diversificar las fuentes de financiamiento y fortalecer nuestras capacidades para hacer frente a este vacío y disminuir la dependencia externa.

Competencia que fragmenta vs. redes que sostienen

En nuestros espacios de trabajo escuchamos con frecuencia un malestar compartido: la competencia entre organizaciones por los mismos fondos. No es nuevo, pero sigue siendo doloroso. La estructura de la ayuda internacional nos ha empujado a competir por visibilidad, por demostrar impacto más rápido, por lograr más resultados con menos recursos.

Este modelo ha debilitado nuestras redes de colaboración. Los procesos de aprendizaje horizontal y alianzas colaborativas son una característica más de resiliencia en las organizaciones de la sociedad civil para sostenernos en comunidad, donde compartir no sea una amenaza, sino una fuente de poder colectivo.

Falta de reconocimiento a las organizaciones locales

Muchas financiadoras y actores internacionales no comprenden del todo las particularidades de las organizaciones locales en México y Centroamérica, pero es importante explicarlo. Somos actoras críticas, con una lectura profunda del territorio; hemos logrado sostener la vida en medio de la violencia, el abandono institucional y la desigualdad estructural.

Se nos exige cumplir con lógicas ajenas, sin valorar nuestras metodologías y formas de organización. Es necesario cambiar este enfoque, porque hay un poder extraordinario en llevar a cabo  ejercicios que permitan narrar desde nuestra experiencia y comunicar mejor nuestro valor estratégico. La resiliencia no es sólo técnica, es también cultural y política, debemos nombrar nuestra experiencia, comunicar nuestro valor y visión sin perder autonomía.

Estrategias para fortalecer la resiliencia en las organizaciones de la sociedad civil

Diversificación y resiliencia financiera

La dependencia económica del financiamiento internacional ha tenido un costo:  el riesgo de adaptar nuestro discurso a lo “que es financiable”, es decir, a lo que rinde resultados concretos y expeditos. Sin embargo, nuestro trabajo en campo sigue un ritmo diferente que no por ser más lento, es menos duradero. 

Al reflexionar estratégicamente sobre nuestro rumbo, podemos diseñar otras formas de diversificar ingresos, establecer alianzas locales y gestionar recursos con mayor flexibilidad para dar  pasos importantes hacia la autonomía. Así, podremos tomar decisiones alineadas a nuestra misión, no sólo a lo “financiable”. Esta es una característica más de resiliencia en las organizaciones de la sociedad civil.

Cierre del espacio cívico y criminalización

La situación es especialmente grave cuando observamos que en muchos países se ha avanzado hacia el cierre del espacio cívico, con medidas legales, políticas y administrativas que criminalizan el trabajo de las organizaciones.

Las defensoras de derechos humanos han sido hostigadas, algunas instituciones han sido desmanteladas y, en general, se ha erosionado la interlocución con el Estado. En este contexto, muchas organizaciones nos encontramos en riesgo.

Cuando fortalecemos nuestras capacidades de análisis político y de seguridad podemos navegar estos entornos sin comprometer a nuestros equipos ni a las comunidades.

¿Qué esperan las organizaciones de la sociedad civil de los donantes corresponsables?

La ayuda internacional necesita transformarse

La ayuda internacional debe dejar de estar centrada en relaciones verticales.  Es urgente reformular los vínculos entre financiadoras y organizaciones locales, con base en la corresponsabilidad, el respeto a la autonomía y la confianza mutua.

Esto implica que los donantes estén dispuestos a escuchar, a co-diseñar, a financiar capacidades institucionales y no sólo proyectos. La resiliencia en las organizaciones de la sociedad civil implica que podamos expresar con claridad lo que necesitamos, sin temor a ser descartadas por no encajar en marcos predefinidos.

Sostener la vida es un acto político

Las organizaciones comunitarias sostenemos la vida en los lugares más difíciles. Ofrecemos alternativas reales en contextos de violencia, pobreza extrema y despojo. Somos refugio, escuela, organización, red y dignidad.

La resiliencia en las organizaciones de la sociedad civil no es sólo la capacidad de resistir embates o adaptarse al cambio. Para quienes trabajamos desde lo comunitario, la resiliencia es también una forma de afirmar nuestra misión frente a la adversidad, de crear respuestas colectivas en medio del abandono y de seguir imaginando futuros posibles cuando todo parece en contra.

Ser resiliente es sostener la vida, proteger a las personas, defender los territorios y fortalecer el tejido social, incluso cuando los recursos son escasos, las amenazas son constantes y el reconocimiento es insuficiente.

En un mundo hostil, las organizaciones no sólo resistimos: reimaginamos el futuro

Nuestro  trabajo importa, incluso cuando no es visible. La semilla que sembramos hoy puede parecer pequeña, pero ya está transformando el suelo. En  COMETA podemos acompañarles.