Monitoreo, Aprendizaje y Evaluación (MEL)
La evaluación nació el séptimo día de la Creación, cuando Dios miró todo lo que había creado y declaró: “Es bueno “. Con esa sola frase, Dios se convirtió en el primer evaluador del mundo. No obstante, la evaluación nacida en los cielos resultó insuficiente y demasiado subjetiva para algunos. Por lo tanto, al escuchar la evaluación de Dios (autoevaluación, por cierto), el Diablo objetó e insistió: “¿cómo sabe que es bueno? , ¿cómo lo midió?, ¿con qué indicador juzgó la bondad de su creación?, ¿con qué lo comparó?”.Y así nació la evaluación como la conocemos hoy: ¡en los fuegos del infierno!
(Karen Marie Mokate, Convirtiendo el “monstruo” en aliado: La evaluación como herramienta de la gerencia social, Banco Interamericano de Desarrollo, 2003).